El nuevo incremento salarial que recibirán
los legisladores nacionales a partir de febrero ya está haciendo ruido
en el Congreso.
Cuando comience a regir la última paritaria del personal legislativo, los diputados y senadores nacionales pasarán a percibir una dieta de 48.400 pesos en bruto, a la que se sumarán gastos de representación por 10.000 pesos y, para los legisladores del interior del país, un monto por desarraigo de 8.300 pesos. Es decir que, tras los descuentos impositivos, los ingresos netos de los parlamentarios rondarán desde el mes próximo los 50.000 pesos. Ante la novedad, los diputados del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) ya anunciaron que donarán la mayor parte de sus salarios, mientras otros legisladores evalúan qué hacer.
Sumando los montos de la dieta y los gastos de representación, los ingresos de los parlamentarios aumentaron un 682,8% en los últimos diez años. Muy por encima de la inflación acumulada en el mismo período, que según el Indec es de 140% y según las estimaciones de las consultoras privadas, de 440%, calculó el economista Francisco Gismondi. Este incremento, sin embargo, no fue gradual. El salto claro en los ingresos de los diputados y senadores tuvo lugar en enero de 2012, cuando el vicepresidente Amado Boudou y el titular de la Cámara baja, Julián Domínguez, otorgaron un aumento del 100% en los netos para los legisladores.
En aquel momento, en promedio, los parlamentarios pasaron de unos 12.500 pesos en concepto de dieta y gastos de representación a 40.000.
Para el diputado Nicolás del Caño, del FIT, “es obsceno que se aumente las dietas alguien que gana 40.000 pesos y de repente pasa a ganar 50.000”. El legislador, recién llegado al Congreso Nacional de la mano de la gran elección que hizo la izquierda en todo el país, anunció que donará parte de sus ingresos porque “el programa del FIT incluye, entre sus 28 puntos, que los funcionarios y legisladores ganen lo mismo que una maestra con 20 años de antigüedad”. Su intención es quedarse con 8.500 pesos y entregar el resto “a distintas luchas de trabajadores”.
En sintonía, su compañero de bancada Néstor Pitrola, aseguró que esa “es una postura del Frente de Izquierda en las 30 posiciones legislativas del FIT en todo el país” y que cada legislador se quedará con el equivalente de una canasta familiar, mientras el resto irá a “un fondo partidario para construcción política y de luchas obreras”. Además, anticipó que su bloque presentará un proyecto para incentivar al resto de los diputados a bajarse sus salarios. “Somos un poco escépticos, pero es una posición nuestra que tiene que ver con la estructura salarial del país. El sueldo del legislador debería estar atado al salario mínimo para que los legisladores se preocupen de cuál es el salario mínimo de los trabajadores. Esto es obsceno, es una disparidad brutal que tiene que ver con la estructura salarial en la Argentina. El salario promedio de la gran masa de trabajadores no supera los 5.000 pesos”, observó.
Síntesis extraída del Cronista.com
Cuando comience a regir la última paritaria del personal legislativo, los diputados y senadores nacionales pasarán a percibir una dieta de 48.400 pesos en bruto, a la que se sumarán gastos de representación por 10.000 pesos y, para los legisladores del interior del país, un monto por desarraigo de 8.300 pesos. Es decir que, tras los descuentos impositivos, los ingresos netos de los parlamentarios rondarán desde el mes próximo los 50.000 pesos. Ante la novedad, los diputados del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) ya anunciaron que donarán la mayor parte de sus salarios, mientras otros legisladores evalúan qué hacer.
Sumando los montos de la dieta y los gastos de representación, los ingresos de los parlamentarios aumentaron un 682,8% en los últimos diez años. Muy por encima de la inflación acumulada en el mismo período, que según el Indec es de 140% y según las estimaciones de las consultoras privadas, de 440%, calculó el economista Francisco Gismondi. Este incremento, sin embargo, no fue gradual. El salto claro en los ingresos de los diputados y senadores tuvo lugar en enero de 2012, cuando el vicepresidente Amado Boudou y el titular de la Cámara baja, Julián Domínguez, otorgaron un aumento del 100% en los netos para los legisladores.
En aquel momento, en promedio, los parlamentarios pasaron de unos 12.500 pesos en concepto de dieta y gastos de representación a 40.000.
Para el diputado Nicolás del Caño, del FIT, “es obsceno que se aumente las dietas alguien que gana 40.000 pesos y de repente pasa a ganar 50.000”. El legislador, recién llegado al Congreso Nacional de la mano de la gran elección que hizo la izquierda en todo el país, anunció que donará parte de sus ingresos porque “el programa del FIT incluye, entre sus 28 puntos, que los funcionarios y legisladores ganen lo mismo que una maestra con 20 años de antigüedad”. Su intención es quedarse con 8.500 pesos y entregar el resto “a distintas luchas de trabajadores”.
En sintonía, su compañero de bancada Néstor Pitrola, aseguró que esa “es una postura del Frente de Izquierda en las 30 posiciones legislativas del FIT en todo el país” y que cada legislador se quedará con el equivalente de una canasta familiar, mientras el resto irá a “un fondo partidario para construcción política y de luchas obreras”. Además, anticipó que su bloque presentará un proyecto para incentivar al resto de los diputados a bajarse sus salarios. “Somos un poco escépticos, pero es una posición nuestra que tiene que ver con la estructura salarial del país. El sueldo del legislador debería estar atado al salario mínimo para que los legisladores se preocupen de cuál es el salario mínimo de los trabajadores. Esto es obsceno, es una disparidad brutal que tiene que ver con la estructura salarial en la Argentina. El salario promedio de la gran masa de trabajadores no supera los 5.000 pesos”, observó.
Síntesis extraída del Cronista.com
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