Una marcha que se hizo notar por la peatonal de San Martín.
“Cuando una mujer dice no, es no”. “Si te pega no te
quiere”. “No somos objetos para tu diversión”. Estas son consignas que
identifican en general a las mujeres que luchan por sus derechos.
La violencia hacia las mujeres es un hecho que se sucede
constantemente y no registra ninguna respuesta concreta por parte del Estado. A
veces, suscita medidas como la instalación de Comisarías para la Mujer, destinadas a recibir
las denuncias de mujeres víctimas de violencia en un ámbito más humano y
contenedor que en una comisaría ordinaria. Sin embargo, estas medidas tienen
como foco a la mujer, dejando de lado al principal responsable de estas
violencias: el hombre.
Sin duda esas disposiciones (muchas veces incluso
deficientes, ya que el trato recibido no tiene nada que ver con la humanidad y
la contención, mucho menos con respuestas efectivas) son necesarias, pero
aisladas, sólo victimizan más a las víctimas y dejan vacante el lugar del
responsable directo. Actúan como parches.
Este año, se acerca un nuevo 8 de marzo, día de la mujer
trabajadora. Un día que para muchas poco tiene que ver con recibir flores y
bombones, sino con reclamar el cumplimiento de sus derechos y la reivindicación
de todo el trabajo hecho por y para las mujeres.
Se acerca otro 8 de marzo y es necesario mirar las cifras,
números que no son sólo números: son Adriana, Alicia, Sandra, Mónica. Fueron
280 mujeres asesinadas en 2011. Fueron otras 255 asesinadas en 2012. En los
primeros nueve meses de 2013, fueron 209 las mujeres asesinadas. Simplemente
por ser mujeres. Daniela, Rosana, Paulina, Elsa, Araceli…
Por otro lado, el secuestro de mujeres con fines de
explotación sexual, cuyo lamentable emblema es Marita Verón (dos veces
secuestrada a causa de la complicidad política, judicial y policial), es otro
crimen aberrante contras las mujeres. No podría existir sin el consentimiento
del aparato político, judicial y policial. Las políticas contra la trata (más
allá de la Ley de
Trata sancionada en 2012) son tan pobres que ni siquiera hay datos estadísticos
oficiales sobre las víctimas. Cada vez que desaparece una mujer, de cualquier
edad, las organizaciones del campo feminista temen que se trate de otro caso de
trata.
En San Martín algunas organizaciones están preocupadas por
esta violencia absurda y en diciembre del 2013 se realizó una Caminata por la
peatonal Belgrano. La idea surgió a raíz del cruel asesinato de Araceli Ramos,
de Loma Hermosa. Según uno de los referentes, la jornada llevaba el objetivo de
“visibilizar la problemática de la violencia de género que sigue creciendo día
a día, en donde para sumarle más dificultad, las mujeres que son víctimas de
abusos, insultos o golpes tienen muchos inconvenientes a la hora de hacer
denuncias, ya que en las comisarías las subestiman y ningunean”.
Para una de las participantes de la jornada, este tipo de
iniciativas “deben seguir para que nuestra sociedad tome conciencia del papel
opresivo que sufrimos las mujeres cada día. Tenemos que hacer lo imposible para
que esto cambie”.
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