miércoles, 19 de febrero de 2014

Editorial

Un verano caliente

Y sí, después de tanto rogarle, llegó otra vez el verano y, con el verano, el calor. La postal del barrio es nuevamente la pileta de lona llena de pibes, las reposeras en la vereda con el “tere” bajo el brazo y el colectivo lleno de gente sofocada.
Pareciera que esta vez los pibes son los que mejor ligan: durante todo enero y febrero tienen la posibilidad de acceder gratuitamente a las colonias de vacaciones que brinda el municipio en el CEMEF y en el Parque San Martín.
Para los más grandes, sin embargo, la cosa no es tan placentera. El que tiene suerte de tener un trabajo en blanco (35% de los laburantes trabaja en negro o en condiciones infrahumanas) tiene que desembolsar una buena cantidad de dinero para vacacionar con su familia, lo que no es fácil, ya que como sabemos, ese PacMan llamado inflación nos devora el sueldo que cada mes parece más insignificante: especialistas de la Universidad T. Di Tella indican que 2014 nos dará una inflación de ¡¡¡más del 35%!!! Pero bueno, hubo épocas peores ¿no? ¿Quién no recuerda los saqueos, el hambre y el extremo malestar social de diciembre de 2001, donde el pueblo entero tuvo que escribir su propia historia y “copar” las calles, forzando al presidente (tal vez el más inepto de nuestra historia) De La Rúa a renunciar a su cargo?
Es cierto, este no es el verano de 2002, pero sin embargo nuestros pibes continúan nadando en piletas de basura de un CEAMSE que rebalsa de podredumbre ajena, al tiempo que algunos de los barrios más humildes del partido (como es el caso de Villa Hidalgo) están a la buena de dios esperando que se digne a pasar el camión recolector. El mismísimo Gabriel Katopodis en persona se comprometió, frente los vecinos, para que les limpien sus calles, que hoy son un criadero de ratas digno de una película de fantasías. Los vecinos creen que hay más chances de que lleguen los Reyes Magos con sus camellos, antes que los enviados del municipio. Si siguen así es probable que tengamos una nueva atracción turística: una verdadera Venecia de basura en nuestros barrios.

En fin... mientras tanto, a disfrutar del calorcito, el “manguerazo”, el “baldazo”, la “pelopincho” y, por qué no, de la cervecita bien fría en familia, porque este verano sí que es un verano caliente.

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