Caminando Juntxs estuvo presente en la actividad por la Memoria realizada en donde se ubicara la Mansión Seré. Allí funcionó durante los años oscuros de la dictadura un centro clandestino de detención y hoy es el Polideportivo Gorki Grana.
En el mismo lugar donde hoy se realiza esta actividad, hace 36 años, Nora perseguía el rumor de que su hijo se encontraba allí secuestrado como tantos. Golpeando las puertas, las persianas, preguntando a los gritos y recibiendo la respuesta enfurecida de dos policías para que se vaya, se iría con miedo y las manos vacías.
Hace pocos años, Nora escucharía de la boca de un sobreviviente que una mañana, escuchó el escándalo de una mujer que discutía con los carceleros. No estaba equivocado el rumor .
El día previo a los 37 años del golpe de estado, la voz de Norita sigue haciendo eco aquí, en la ex mansión seré. Sus palabras actualizan el reclamo.
“La historia esta de la verdad y la justicia no se vende, no se claudica, no se remata, no hay cambio, no hay reconciliación.
Estoy en contra de la designación de Milani. Si la presidenta se equivoco, los que la rodean que estuvieron presos, que son funcionarios, que fueron torturados o tienen algún familiar desaparecido y no dijeron ni mu, a mi la verdad me avergüenzan. Yo recuerdo cuando don Salvador Allende designó a su militar de custodio y era Pinochet… “, sentencia, preocupada, la interminable Norita.
¿Cómo se entrelaza su vida diaria con su militancia?
Es muy difícil, es una actividad por la que durante muchos años he dejado a mi familia, mi casa, todo, de la mañana a la noche. Ahora ya aprendí a matizar cuando hay un cumpleaños o un acontecimiento familiar, disfrutando un poco mi familia. Porque yo creí por años que todo faltaba, siempre me parecía que hacía poco. Y ahora matizo justamente estando más cerca de mi familia. Pero fue muy difícil. Igual no hay equilibrio con esto, porque esta siempre la búsqueda, siempre está la incertidumbre, siempre va a estar eso de que un día voy a recibir una noticia: eso es como un círculo que gira siempre en la búsqueda y que no tiene fin.
¿Los familiares cercanos y no tan cercanos la acompañan en esta lucha?
¡Sí! Si no hubiera sido por el soporte de mi familia no hubiera podido seguir, porque me hubiera sentido sola. La familia compartió y comparte todo.
¿Qué momentos significativos rescata de todos estos años de lucha?
Todos los momentos que uno va teniendo acá y afuera. Acá primero tuvimos mucha desilusión y mucho maltrato y mucho desoírnos totalmente. Mucha desilusión con políticos; con integrantes de la iglesia ni te cuento: obispos que nos han tratado mal, mucha cosa desagradable.
Pero afuera conoció a mucha gente, por ejemplo al Subcomandante Marcos…
Sí, tengo una foto con él, me hicieron hablar ante mucha gente. Él, por supuesto, con su pasamontañas, es muy afectivo. También conocí Venezuela, a Hugo Chávez, a Correa, a Evo Morales. Por parte de ellos sentí el apoyo.
¿Qué mensaje le daría a la juventud que hoy apoya a este gobierno?
Los jóvenes kirchneristas que por obsecuencia y partidismo político callan la Ley Antiterrorista, el Proyecto X, el ascenso de Milani, el maltrato que se le da a las poblaciones indígenas, el abrirles la puerta a Chevrón, a Monsanto, a la Barrick Gold, a todos los que vienen a explotar nuestras riquezas y a llevárselas, a estropear el medio ambiente, a consumir el agua que no se renueva y ellos callan, todo aplauden… Yo pienso que algún día esos jóvenes van a sentir que se entregaron tan fácilmente y que el pueblo esperaba otra cosa de ellos.
¿Qué la lleva a seguir adelante?
El amor a mi hijo, a mi familia. Tengo otro hijo, tengo nietos, tengo bisnietas. El amor que les tengo a mi hijo Gustavo y a mi otro hijo que también siempre fue solidario y que ha estado cerca de la gente que necesitaba apoyo.
Yo pienso que uno siempre tiene que seguir ese camino, levantando la lucha día por día para llegar a que este país sea de bienestar, igualdad y oportunidades para todos y que no haya tanta hambre, pobreza y desocupación.
Txt: Masi Marin
Foto: Facundo Miguel Nívolo
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