Luego de 17 días de paro y tras
lograr un aumento de entre el 30% y el 38% según antigüedad, los docentes
levantaron el paro y las clases comenzaron el lunes 31 de marzo. Sin embargo,
el acuerdo al que se llegó no cuenta con el respaldo de la totalidad del sector
docente.
El viernes 28 Roberto Baradel
(dirigente de SUTEBA) y Mirta Petrocini (dirigente gremial de la FEB ) transmitieron esta propuesta
al resto del sector como una propuesta "superadora" y luego de
someterla a discusión en las distintas asambleas, fue aprobada. El gobierno
provincial había ofrecido dos días antes un aumento que representaba un 30,9% sólo
para maestros de grado inicial sin antigüedad, que además se pagaría en dos
cuotas: una de 21,9% en marzo y la siguiente de 9% en agosto. Para el resto de
los docentes oscilaría entre un 21% y 23%.
Sin embargo, la aprobación por
parte de las asambleas docentes no fue unánime. El secretario general de Suteba
Tigre, Alfredo Cáceres, comentó a Caminando Juntxs: "acá la respuesta de la asamblea
fue categórica de rechazo a lo que se proponía pero también sabemos que era muy
difícil revertir eso cuando la dirección provincial de Baradel y Petroccini ya
estaban bajando la aceptación e iban a imponerlo a través de sus
representaciones y de su rol en los sindicatos." Es que los docentes
buscaban llegar al básico de $5000 y con el acuerdo eso recién va a suceder en
septiembre, cuando ya para agosto se han anunciado, por lo menos, aumentos de
agua y gas. De esta forma, el aumento salarial, que busca recomponer el salario
corroído por la inflación el año pasado, sigue corriendo detrás ella, ya que
según consultoras privadas este año va a oscilar entre el 30% y el 50%.
Por otra
parte, el reclamo docente incluyó el no descuento de los días de paro
(descuento que desconoce el legítimo derecho a huelga) que fue asumido como
compromiso por Daniel Scioli, la creación de un Fondo de Escuelas y la
exigencia de mejoras en la obra social docente, IOMA.
La discusión paritaria en el
sector docente ha sido históricamente un hecho conflictivo, ya que en el medio
está en debate la calidad de la educación de los chicos y son éstos quienes
luego pierden días de clase. Fueron los docentes, ya desde noviembre, quienes
previendo esta situación quisieron evitarla y pidieron (la FEB por ejemplo) que se
adelantara la discusión salarial, para no llegar a un escenario como el de este
comienzo de año, con los chicos fuera de las aulas. Sin embargo, la
responsabilidad última de que esto no suceda es de los funcionarios públicos y
no de los docentes.
Fue emblemático en este sentido,
el fallo que dictaminó el juez Terrier durante el reclamo docente. Éste planteaba
que había un conflicto entre los derechos laborales (como el derecho a huelga)
y los derechos de los niños (es decir, el derecho a la educación), en donde la
prioridad estaría puesta en éstos últimos. De esta forma, ordenaba el
levantamiento de la medida de fuerza y la reapertura de las paritarias. Un
fallo de este tipo sólo puede dejar como saldo el cercenamiento de los derechos
laborales legítimamente alcanzados por los trabajadores en general. Sin
embargo, pareciera que la intención de este juez y del gobierno provincial fue
la de simplificar una problemática mucho más compleja enfrentando a padres y
docentes al ubicarse como un actor externo en el rol de árbitro de la pelea.
Esta simplificación deja de lado el hecho de que el salario docente incide
directamente en la calidad de la educación que los chicos reciben, en las
condiciones de trabajo de los docentes que tienen que ver, ni más ni menos, con
los propios chicos, las escuelas, las aulas y que esto es una preocupación que
debe ser de todos. En ese sentido, Alfredo Cáceres destacó a CJ
que "la diferencia de esta huelga es que de alguna manera se transforma de
una huelga económica en principio o mejor dicho en su transcurso en una huelga
que interpela un poco a la sociedad y al Estado en torno al rol de la
educación."
Es curioso que este mismo juez fue
quien, mediante un fallo judicial conocido el viernes 21 de marzo, intentó liberar
a ocho policías acusados de participar en el secuestro y desaparición
de Luciano Arruga en 2009 (medida que está siendo revisada tras el reclamo de
la familia de Luciano).
El paro
docente contó con una adhesión masiva que se pudo ver en las calles: a la
marcha realizada en La Plata
el 19 de marzo asistieron, según SUTEBA, alrededor de 50.000 personas. Por otro
lado, el día miércoles 26 de marzo se realizó otra marcha en Capital Federal a
la que asistieron aproximadamente 30.000 personas. Y, además de los docentes agremiados, quienes no
pertenecen a ningún gremio (los "autoconvocados") realizaron
asambleas muy numerosas, demostrando un gran compromiso en la lucha por sus
derechos. Como relató José Magallanes, secretario general de SUTEBA Escobar, "en
muy poco tiempo se ha producido ese fenómeno contagioso de participación, de
democracia, de lucha, de respeto, de debatir ideas y eso es lo que pasó en
estos 17 días de lucha: los compañeros no aflojaban, querían actividades todos
los días. Estábamos de paro, eso para desmentir lo que decía el gobierno: 'hacen
paro porque se quieren quedar en la casa'. Nunca se habían movido tanto los
docentes. Llevamos cuatro micros a La
Plata , tres micros al Palacio Pizzurno; los micros iban abarrotados,
algunos iban en auto, se tomaban el colectivo, hicimos una columna que tenía
casi una cuadra cuando fuimos al Palacio Pizzurno. Eso es lo que nosotros
rescatamos de estos 17 días de lucha, una construcción de clase, consciente y
que saca conclusiones."
Las asambleas también se
replicaron en San Martín, organizadas por la lista Multicolor, que el año
pasado se enfrentó en ese partido al fraude de la lista Celeste, oficialista, y
a causa de éste no pudo asumir el mandato.
Txt: Cecilia Kastner
Foto: Masi Marín
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